Zombies Y El Recalentado...

que hay gente, de nuevo aqui actualizando esta madre. ya ha pasado un buen rato desde que subi una entrada. sobrevivimos a la navidad, e incluso al fin de año, asi que decidi subir esta entrada.
Esto es algo un poco diferente a lo que subo abitualmente al blog. es un proyecto que tengo relacionado a mi carrera, el cual decidi subir aqui para saber su opinion. es una historia que estoy escribiendo, la cual planeaba subir cuando estubiera completa, pero mejor decidi subirla por partes ya que probablemente no la termine nunca. estas partes seran una especie de capitulos los cuales procurare subir regularmente. espero sus opiniones y tambien que sea de su agrado.

La velocidad de la bala 1

Las piernas ya me dolian, pero no podia dejar de correr, o me alcanzaran, y si estas cosas te alcanzan, ahi quedaste. El cuerno me pesa mucho, pero no podia tirarlo, seria presa facil. Nada mas a mi se me ocurre salir en la noche en esta pinche ciudad, y solo, pero no podia decir nada, don ramiro se hubiera enterado. Chingado, ya me canse.

Cuando les habia sacado bastante distancia, me sente para agarrar aire, aver si no me sale uno de debajo de una camioneta. Me quedaban muy pocas balas, y esperaba librarla con eso, de perdido hasta la hacienda.

Y pensar que hace un mes todo estaba bien, bueno, por asi decirlo. Todo se fue a la chingada tan rapido que ni nos dimos cuenta hasta que esas madres ya estaban encima de nosotros. El pueblo esta muerto, ya no queda nada, solo nosotros. No se como hemos podido aguantar tanto, esas cosas se estan multiplicando muy rapido, y a lo mejor ya hay mas fuera del pueblo.

Ya valio madre, y esta pueblo estaba tan bonito. Yo naci aqui y me crie aqui, pero ahora ya no queda nadie, todos se murieron. Lo unico que quedaba del pueblo era la hacienda del patron en donde quedamos unos pocos hombres, ademas del patron y su señora. A veces pienso que el patron nomas nos tiene ahi como carne de cañon, o como proteccion, aunque eso hemos sido desde el principio, proteccion.

Cuando yo me meti en esto el patron me dijo que no eramos sus trabajadores, sino sus socios. Socios mis huevos, ese pinche viejo nos negreo hasta mas no poder, y el que se la hiciera de pedo la pagaba cara. Ahora ya no podemos escapar por que el pinche viejo se enoja. Tiene tanto miedo como nosotros, pero pues no lo culpo, esto si esta cabron.

Ya no queda pueblo, ya no queda gente, ya no queda dinero, simplemente ya no queda nada. Solo mounstros rondando por ahi, esperando por nosotros, por que los cabrones saben que estamos aqui, pero no nos dejamos. Entonces, cuando ya me sentia listo para seguirle me di cuenta de que una de esas pinches cosas me estaba viendo fijamente, fue cuando pense lo inebitable, ya vali madre.

Empece a correr otra vez, por que sabia que si ese estaba cerca, los demas ya no tardaban, siempre tienen la mala costumbre de andar en bola. Con el rifle en las manos y las piernas aun mas adoloridas me puse a buscar una camioneta o algun carro para salir huyedo. Espero poder encontrarlo, no me quiero quedar aqui, y mucho menos junto al patron. Probablemente esto es un castigo divino. Mi nombre es ignacio rodriguez, pero me dicen “el chacho”, y antes de que a todo se lo cargara la chingada, yo era sicario.